RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ
Pascual Rigoberto López Pérez, más conocido por Rigoberto López Pérez (1929 – 1956) fue un poeta nicaragüense y quien asesinó al General Anastasio Somoza García, dictador de Nicaragua. Es Héroe Nacional de Nicaragua.
Biografía
Rigoberto López nació en León el 13 de mayo de 1929 en el seno de una
familia humilde. Era hijo de Soledad López y Francisco Pérez. Cursó sus
primeros estudios en el Hospicio de San Juan de Dios, donde había sido
internado por mediación de su padrino el sacerdote Agustín Hernández. En esta
institución estudio el oficio de sastre. Una vez aprendido el oficio trabajo de
sastre a la vez que ingresó en la Escuela de Comercio Silviano Matamoros para
cursar estudios de Redacción y Taquimecanografía.
Aficionado a la poesía, la lectura y a la música ya durante su
estancia en el hospicio destacó por su afición a la lectura entre las obras que
leía destacaban las de Rousseau, José Enrique Rodó y Rubén Darío así como
Antenor Sandino Hernández. En 1947, con solo 17 años, publicó el poema
Confesión de un Soldado. Un año después, en 1948 participó en el grupo musical
Buenos Aires junto con sus amigos Humberto Lacayo Amaya, Luis Santamaría
Granera, Eloy Loredo Rugama y Róger Morales. Rigoberto componía y tocaba el violín.
Entre las composiciones que
realizó Rigoberto, fueron interpretadas por el grupo están los valses Claridad
y Si el vino me hace llorar.
Las relaciones amorosas con
Amparo Zelaya Castro le hicieron realizar frecuentes viajes a la capital del
país, Managua intensificando sus actividades contra la dictadura de Anastasio
Somoza García y su compromiso por la libertad de su país afiliándose en el
Partido Liberal Independiente PLI, formado por disidentes del oficialista
Partido Liberal Nacionalista PLN, de la familia Somoza, de la mano de José
Constantino González, Secretario del General Augusto César Sandino.
Entre 1951 y 1956 estuvo residiendo en el extranjero pero realizaba
frecuentes viajes a Nicaragua por motivos personales, la familia y su relación
amorosa con Amparo, a la vez que se ponía al corriente de la situación política
interna. Tenía relaciones con músicos y poetas de otros países, como el
salvadoreño Juan Felipe Toruño.
El 4 de abril de 1954 la Guardia Nacional GN había asesinado a dos
compañeros suyos, Adolfo y Luis Báez Bone, junto con otros militares y civiles
que querían emboscar al dictador Somoza. Rigoberto conoció a la madre de ambos,
la señora Ruth Bone, con la que entabló amistad.
El magnicidio
El compromiso de Rigoberto López Pérez por la libertad le llevó a
plantearse que la única forma de acabar con la dictadura de Somoza era la
eliminación física del dictador.[1]
El 17 de septiembre de 1956 llegó a la capital Managua con el plan del
asesinato de Anastasio Somoza García ya preparado. Entregó cartas para Manuel
Díaz y Sotelo, amigo con el que compartía ideario, y al día siguiente se
dirigió a su ciudad natal en ferrocarril.
La tarde del día 21 de septiembre la dedicó a estar con su madre a la
que leyó el poema Confesión de un Soldado, después se vistió con una camisa
blanca y un pantalón azul, su madre diría después que quería morir con los
colores de la bandera nacional en su cuerpo y se dirigió a la Casa del Obrero
donde se celebraba una fiesta a la que acudía el presidente Somoza García. Por
mediación del hermano de su novia, el periodista Armando Zelaya, se infiltró en
la misma y durante el acto aprovechó para dispararle 5 balas (4 de las cuales
entraron en el cuerpo de Somoza García), con un revólver Smith and Wesson
calibre 38 milímetros, hiriéndolo en el pecho. En respuesta, Lopéz Pérez
recibió una lluvia de balas que le quitarían la vida inmediatamente, mientras
que Somoza sería conducido a un hospital militar estadounidense en la Zona del
Canal de Panamá con la ayuda que envió el presidente de Estados Unidos, Dwight
Eisenhower donde falleció una semana después el 29 de septiembre de 1956. Luis
Somoza Debayle ocuparía entonces el puesto que dejara vacante la muerte de su
padre y su hermano Anastasio Somoza Debayle el cargo de Jefe Director de la GN.
En el plan original el asesinato del dictador se había proyectado
realizar el 14 de septiembre]] en la celebración del centenario de la batalla
de San Jacinto, en la hacienda San Jacinto a 39 kilómetros al noreste de
Managua, a la que Rigoberto había invitado a acudir a la señora Ruth, pero se
desestimó por temor a que en la represalia murieran muchos jóvenes estudiantes
que participarían en el acto.
Después de la acción la Guardia
Nacional arrestó, en su casa, a la madre y hermanos de Rigoberto López,
Salvador y Margarita. En el registro desaparecieron manuscritos de poemas
dedicados a José de la Cruz Mena y un legado de 300 versos. El cuerpo de
Rigoberto López Pérez, según la versión recogida por el Teniente Agustín Torres
Lazo en su libro La saga de los Somoza, fue llevado a Managua y enterrado cerca
del actual Recinto Universitario Rubén Darío RURD (de la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua UNAN-Managua), para que su tumba no se convirtiera en
santuario para la oposición. A la vez se abrió una campaña de difamación contra
su persona acusándole de borracho.
La represión por el asesinato de Somoza García se cebó en el círculo
familiar cercano de Rigoberto, su madre, su hermana Margaríta, su novia Amparo
Zelaya y su amiga María Lourdes fueron encarceladas en el complejo carcelario
de La Aviación (conocido después como Complejo Ajax Delgado) donde fueron
torturadas durante varios días.
Reconocimiento de la acción
La acción de Rigoberto López Pérez fue rápidamente condenada por el
gobierno de Nicaragua y de Estados Unidos. Los partidarios de la lucha contra
la dictadura de los Somoza vieron en el asesinato del dictador una acción
heroica de un "patriota ejemplar". Años después, en 1961, se fundó en
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Rigoberto López fue un
ejemplo a seguir por sus militantes y partidarios, aunque el FSLN no existía
aún en 1956.
Tras el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 la figura de
Rigoberto adquirió valor y fue ampliamente promocionada. El 21 de septiembre de
1981 la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de la República de
Nicaragua otorga, mediante el Decreto No. 825, publicado en La Gaceta Diario
Oficial No. 218 del 28 del mismo mes y año, el título de Héroe Nacional a
Rigoberto López Pérez. El documento dice así:
LA JUNTA DE GOBIERNO DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE
NICARAGUA
Considerando:
I
Que la gesta heroica llevada a cabo por el patriota Rigoberto López
Pérez, al ajusticiar al tirano, da inicio a una nueva etapa de ascenso en la
lucha revolucionaria, marcando con su acción "el principio del fin de la
dictadura";
II
Que el próximo 21 de septiembre se cumplen veinticinco años de la
heroica muerte del patriota Rigoberto López Pérez a manos de los esbirros del
régimen;
III
Que con su acción de sacrificio y entrega el patriota Rigoberto López
Pérez se sitúa entre los héroes que no dijeron que morían por la Patria sino
que murieron. POR TANTO:
en uso de sus facultades,
Acuerda:
Artículo 1.-Otorgar oficialmente, el título de "HÉROE
NACIONAL" al patriota Rigoberto López Pérez.
Artículo 2.-El presente Decreto entrará en vigencia desde la fecha de
su publicación por cualquier medio de comunicación colectiva, sin perjuicio de
su publicación posterior en "La Gaceta", Diario Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, a los veintiséis días del mes de agosto
de mil novecientos ochenta y uno. "Año de la Defensa y la
Producción".
El Consejo de Estado de la
República de Nicaragua en Sesión Extraordinaria No. 2 de este día, previo
debate, ha votado y aprobado el anterior Decreto.
Dado en la ciudad de Managua, a
los diez días del mes de septiembre de mil novecientos ochenta y uno. "Año
de la Defensa y la Producción". Comandante Guerrillera, Dora María Téllez,
Presidente, Consejo de Estado. Guillermo Mejía, Secretario.
De conformidad con el Decreto
No. 418, publicado en "La Gaceta", Diario Oficial No. 122 del 31 de
mayo de 1980, de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Publíquese.
Dado en la ciudad de Managua, a
los veintiún días del mes de septiembre de mil novecientos ochenta y uno.
"Año de la Defensa y la Producción". Rodrigo Reyes P., Ministro
Secretario General de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, por la
Ley.
Cuando en 1990 el FSLN pierde
las elecciones y da paso en las responsabilidades de gobierno a la Unión
Nacional Opositora UNO de doña Violeta Barrios de Chamorro se comienza a
cuestionar la acción contra el dictador Somoza García y la figura de Rigoberto.
Aun así se celebran varios actos de homenaje a la figura de Rigoberto y se
levantan monumentos a su memoria como el realizado en el 2006 en Managua [2]
aunque son sin polémica como se puede ver en las líneas del artículo de opinión
que en El Nuevo Diario publica en febrero de 2006 el Ingeniero Aldo Urbina
Villalta (Rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI))
El poeta López Pérez desafió su
destino o la voluntad del mismo, con el propósito de llevar más allá la razón y
la justicia que tan necesarias le eran a Nicaragua. Por ello está fuera de
lugar hablar de una cultura de la violencia como algunos dicen, porque no fue
producto de ninguna conspiración de partidos ni movimientos políticos, sino un
gesto individual, después de un largo proceso de reflexión, donde concluye que
todo se había intentado y todo había fracasado, como bien afirma el historiador
Aldo Díaz Lacayo.
Su legado
Si las obras musicales y literarias de Rigoberto López Pérez pudieran
ser importantes no cabe duda que su mayor transcendencia fue la acción del
asesinato del dictador Somoza García. Antes de realizar su acción Rigoberto
escribió una carta a su madre en donde explicaba y justificaba su acción. Esta
carta se convirtió en su testamento político.
La carta, dirigida a su madre
expone, desde el primer párrafo, su implicación en la lucha contra la dictadura
y su decisión de realizar la acción
...yo siempre he andado tomando parte en todo lo que se refiere a
atacar al régimen funesto de nuestra patria y en vista de que todos los
esfuerzos han sido inútiles para tratar de lograr que Nicaragua vuelva a ser (o
sea por primera vez) una patria libre, sin afrenta y sin mancha, he decidido
aunque mis compañeros no querían aceptarlo, el tratar de ser yo el que inicie
el principio del fin de esa tiranía...
Entiende que su acción es un
cumplimiento del deber de cualquier patriota, que no es un sacrificio.
Lo mío no ha sido un sacrificio
sino un deber que espero haber cumplido.
A la vez que intenta consolar a
su madre y le pide que se tome; estas cosas con calma y que debe pensar que lo
que yo he hecho es un deber que cualquier nicaragüense que de veras quiera a su
patria debía haber llevado a cabo hace mucho tiempo.
...Si usted toma las cosas como
yo deseo, le digo que me sentiré feliz. Así que nada de tristeza...
Fuentes:
Imagen: https://nuevaya.com.ni/wp-content/uploads/2014/09/1411332788_hn-lopez-g1.jpg
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